viernes, 9 de septiembre de 2011

NEUROTICONES

Neuroticones

(Gestos, muecas, guiños que el pensamiento dibuja con palabras)


¿Qué significa pensar?

¿Qué significa pensar?  Es una pregunta que muchos se la han planteado y como problema estamos como el día primero. La palabra que mejor la refleja por sus antecedentes griegos es LOGOS. LOGOS es una palabra que en realidad no puede ser traducida. Algunos han intentado traducirla como RAZÓN. La Razón estaría subsumida en la LÓGICA como ciencia del pensar. A través de la lógica  podemos fijar los principios y las reglas con que se rige el pensamiento. Sería el fijar correctamente la forma o los esquemas que todo pensar tienen en cuanto lo indicamos como racional. Una definición de LÓGICA es aquella que la designa como la disciplina que tiene por objeto el fijar el razonamiento correcto de aquel que no lo es. Y como tal se rige por principios o puntos de partida que no pueden ser deducidos sino que son los que permiten deducir a todos los demás. Como es una ciencia o disciplina formal puede ser llenada con distintos contenidos. Y entonces deja de ser Lógica para convertirse en ciencia concreta. Por eso el decir poético por ejemplo quedó fuera de la Lógica. Pero para sintetizar: en la lógica quedo fijada desde hace mucho tiempo el acceso a pensar.
Hice esta concisa observación con respecto a la lógica para ubicar el problema. Lo que sucede es que el mundo globalizado,  quedó prisionero de una manera unidireccional del pensar y hoy en día todo culminó en el  mito racionalista de la ciencia y de la técnica, quedando devaluadas otras formas de acceso a la verdad. Por ejemplo,  hoy día tal vez no nos hemos  damos cuenta,   hemos aceptado sin examinarlo previamente el pragmatismo y el funcionalismo, como la  posibilidad más atractiva  de acceso a lo real. Pero habría que preguntarse ¿qué es lo real?  Creo que para ampliar el horizonte mental,  hay que insistir en otras alternativas,  como por ejemplo el arte o la mística. Si observamos bien estos aspectos ambas revalorizarían ciertas cuestiones que están más allá de lo racional. Y esta propuesta no es una negación lisa y llana de la Razón,  sino reinstalar un ámbito desprestigiado que viene con la indiferencia por la metafísica. Los que nos aventuramos  incursionar en  la filosofía,  esta noción cobra un enorme sentido para recuperar  ámbitos fundamentales,  que cada vez están más oscurecidos por el sistema de relaciones abstractas en los que estamos inmersos   y por  la creciente ordenación cada vez más tecnificada que cubre todo el quehacer humano. La libertad,  como así también la creación,  están cada vez más amenazados dejando poco marco para que se desarrollen.
              Hay que insistir en pensar por otras vías para descubrir otros territorios interiores,  que quedan cubiertos por la maleza de la organización y  las propuestas ya cosificadas que nos hacen ver de manera unilateral el sentido de todo esto. Es una forma de que cobre espontaneidad.
              Hoy fue un hermoso día a pesar del frío. Estuve en la playa,  luego me puse a contemplar el mar. Me rodeaba una soledad densa e  inesperadamente surgió  lo siguiente:
                                                                                              
              La mirada anclada
              en el ondear de las olas,
              golpean sin tiempo
              despertando de la vibración del SER
              ese misterioso brote
              que se abre en la hondura del pensar

El Étor



Mensaje dirigido al avispero de intelectuales de la región
 por otra clase de paisana Alimaña

¿Qué nos pasa a los intelectuales de hoy? Eh? Y no me refiero solo a los engreídos universitarios que secretamente creen dominar el mundo y lo único que conocen de él son: las escaleras que conducen al departamento de investigación y la comarca de ñoños que transpiran la camiseta por esos corredores, sino también a aquellos otros que, como yo, abandonaron esa burbuja de la elite del pensamiento antes de la asfixia o la improbabilidad del retorno a la vida, y que ejercen el vicio de pensar, escribir, pensar y leer, pensar y conversar en ámbitos profanos como la propia casa, el café del barrio, o algún anónimo rincón del ciberespacio, ¿Qué nos pasa, eh? ¿Qué? ¿Ninguno de ustedes tiene dudas, interrogantes, temores? ¿Ninguno de ustedes se pregunta si lo que de Borges, Deleuze o Kafka o Blanchot se deja entender no será un chiste del viejo, o uno de sus sueños o una confusión  de la ceguera? Me gusta pensar que  juegan, juegan conmigo, juegan a ser serios a ser grandes a ser adultos, juegan a ser intelectuales a ser un literatos, ¿qué? ¿No sueñan ustedes también con la idea de que el pensamiento no difiera del mero juego infantil de combinar lo contradictorio de repetir lo superfluo, de barajar lo imposible? ¿Nadie leyó así a Macedonio? 
Estoy segura de que comparten conmigo muchas de estas supersticiones, si es así, aquí les tiro esta indignación para que la abarajen… ¿por qué diablos hablan como si tuvieran el centésimo nombre de dios escrito en un papel abollado en el bolsillo y una pedantísima humildad los detuviera antes de sacarlo a relucir? ¿Por qué se dicen marginales si en el fondo no salen del centro, del meollo, del carozo de las elucubraciones que los tienen absortos en la propia imaginación?  ¿Quién se anima a discutir los clásicos, los viejos conceptos que todavía nadie entiende: como el amor, la vida, muerte, el odio, el perdón, la violencia? ¿Por qué irse por las ramas cuando todavía no sabemos en qué clase de tierra estamos parados?
Y después están los otros, los que están apestados de tanta soberbia, de tanta pelotudez intelectual y, en vez de advertirla también incluso en las propias mañas de la envidia, quieren resolverlo todo con una bomba que aniquile a los demás,  esos enfermos que profesan el librepensamiento mientras toman coca cola  y miran el noticiero por tv, cuando no fuman cigarrillos industriales en su cómodo sillón burgués… entonces, a la mierda con ellos… ¿pero qué? ¿No habrá paja ajena también en el ojo del huracán? Vamos chicos, la hipocresía se desliza hasta en la baba de la rabia que escupimos, que joder. Uno de estos temerarios librepensadores del margen tiró una bomba hace poco “Yo me meo en Borges” dijo. Uh!!!... Mi papá gritaba a diario: ¡Me cago en Dios! Y nunca se le ocurrió publicarlo.
 Si querés renovar algo en el mundo de hoy en día, tenés que estar dispuesto a no ser nadie, nada, nunca. Para un sistema que se basa en la autocomplacencia del yo, no hay nada más aterrador que la humildad y la renuncia al ego.
 Yo ya estoy cagada, muchachos, no puedo dejar de hablar, sino exploto. Muchos de ustedes también, lo sé. Ahora bien, entonces, ¿por qué mierda seguimos tratando de hacerles creer a los demás que en el fondo somos diferentes? Si somos la mismísima mierda con distinto olor. Sin ser peyorativa, lo que quiero decir es que todos somos seres humanos, juntos somos la especie, una comunidad de seres irrepetibles y, por eso mismo, iguales en la condición de únicos.
A veces siento que nada me separa de un animal, por ejemplo, mi gato, de una planta, del mar. Me pregunto con cierta tristeza ¿por qué no lo he sentido, salvo limitadas excepciones, con otro ser humano?
Esa tristeza debe ser la soledad… es muy probable que toda esta perorata no sea más que un fallido intento de burlar la soledad por un rato… espero sepan disculparme.

La Chechu

1 comentario:

  1. Muy bien dicho.Creo que lo más difícil es desterrar el yo a las regiones de las penumbras y transitar el camino del anonimato, donde verdaderamente respirarás el placer de ser libre.
    ULNI (Un lector no identificado)

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